Contacto con la naturaleza

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Contacto con la naturaleza

La doctora Montessori recalcó la importancia del contacto con la naturaleza para el niño en proceso de desarrollo. El hombre “pertenece todavía a la naturaleza y, especialmente cuando es un niño, debe extraer de ella las fuerzas necesarias para el desarrollo del cuerpo y el espíritu”. El método que ella prefería para el contacto inicial con la naturaleza era a través del cuidado de las plantas y los animales.

La doctora Montessori estaba consciente de que, al extenderse la vida urbana, sería cada vez más difícil satisfacer esa profunda necesidad del niño. No obstante, ella insistía: “Sin embargo, se deben tomar provisiones para que el niño tenga contacto con la naturaleza; para que comprenda y aprecie el orden, la armonía y la belleza de la misma, y también para que domine las leyes naturales que son la base de todas las ciencias y artes, para que pueda comprender y participar mejor en las cosas maravillosas que la civilización crea. El acelerar la marcha de la civilización y al mismo tiempo estar en contacto con la naturaleza crea un difícil problema social. Por lo tanto, se convierte en un deber de la sociedad satisfacer las necesidades del niño en las diversas etapas de desarrollo, para que este, y por consiguiente la sociedad y la humanidad no desciendan, sino que avancen por el camino del progreso”.

Este énfasis sobre la naturaleza debe impregnar la atmósfera del medio ambiente Montessori, y ser uno de sus componentes más fácilmente reconocibles. El salón y el área exterior deben estar animados por cosas crecientes de todas clases que puedan ser cuidadas por los niños. Además, debe haber lentes de aumento, microscopios y numerosas variedades de sencillos experimentos que los niños puedan realizar por sí solos. Quizá lo más importante es que los pequeños tengan tiempo de sobra en los bosques y en el campo para descubrir la unidad con la creación y absorber lo maravilloso del mundo natural.