Vida social

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Al contrario de los salones de clases tradicionales, los niños hablan entre sí e inician actividades juntos cuando lo desean, no se les obliga, ni sutilmente ni en ninguna otra forma, a participar en actividades de grupo o a prodigarse ellos mismos con otros cuando no están preparados para ello o no les interesa. Debido a que no se les obliga a competir los unos con los otros, su deseo natural de ayudar a los demás se desarrolla espontáneamente. Este fenómeno es particularmente interesante de observar tanto en los niños mayores como en los más pequeños del grupo, cuya diferencia de edad puede ser hasta de cuatro años.  Debido a que el enfoque Montessori sobre la vida social de los niños es diferente de aquel del salón de clase tradicional, el énfasis sobre él a menudo pasa inadvertido.

 “Los maestros que usan métodos directos no pueden comprender cómo se fomenta el comportamiento social en una escuela Montessori. Creen que ofrece material escolástico, pero no social, y dicen: “si el niño hace todo por su cuenta, ¿qué será de la vida social?”, ¿pero qué es la vida social sino resolver problemas sociales, comportase adecuadamente, y perseguir propósitos aceptables para todos? Para ellos, la vida social consiste en sentarse junto a alguien y oírlo hablar; pero eso es justamente lo contrario. La única vida social que los niños obtienen en las escuelas ordinarias es durante los periodos de recreo o en las excursiones. Los nuestros viven siempre en una COMUNIDAD ACTIVA”.
– María Montessori.